AMBIVALENCIA,
INCERTIDUMBRES Y CREATIVIDAD: LA MODERNIDAD CANSADA
La historia ha encallada en el "desencantamiento" del mundo
(Weber), en el desamparo que Nietzcsche nombra al afirmar que "dios
ha muerto", o en el grito "Padre mío ¿por qué
me has abandonado? (Camus). Los sociólogos, menos poéticos
hablan de la desinstitucionalización de nuestra sociedad (Gehlen)
o de la anomia y apatía de los individuos y grupos (Galtung).
La promesa del proyecto moderno era la construcción de una sociedad
de individuos libres, orientados por la razón explicativa y argumentativa
(Habermas), armados de una bien desarrollada capacidad crítica
(Adorno, Horheimer). La pretensión era alcanzar unas condiciones
de vida social que aseguraran armonía y eficiencia, en oposición
a los modos de vida premodernos, primitivos e irracionales.
Pero
el orden logrado, los crecientes controles administrativos y los cálculos
económicos que tipifican ese orden de cosas, han desembocado
en la conformación de un tipo de individuo despojado de toda
capacidad crítica y de autonomía, imbuido de un conformismo
e ignorancia que se alimenta de la industria cultural y de los mecanismos
educativos que orientan a la sociedad moderna.
Los desmanes más increíbles son frutos maduros de esos
mecanismos de socialización y de institucionalización
de la sociedad. Los campos de concentración, los genocidios,
los desmanes tecnológicos que atentan contra la naturaleza y
las poblaciones, los regímenes totalitarios con su secuela de
tortura, desapariciones y crímenes de Estado, la corrupción
generalizada y el esplendoroso negociado de drogas y divisas, no son
más que emergentes del mundo desarrollado desde esas posturas
modernistas. Por otro lado una creciente pérdida de sabiduría,
a través de una carrera por saber más de cada vez menos.
Por
contraposición, y allí encontramos nuevas fuentes para
repensar y saber lo que pensamos para promover un hacer con sentido,
han surgido nuevas propuesta teóricas desde la óptica
de la incertidumbre, de la ambivalencia y no del orden y del abanico
de técnicas instituido. Ello va horadando la omnipotencia cientificista
y aportando bases para modificar los supuestos teóricos en que
basar la comprensión y el actuar político sobre la realidad.
Al mismo tiempo que desmonta la seguridad en que descansaba la modernidad
industrial y ahora cibernética.
Se rompen tradiciones como la de la "sociología del conflicto",
basada en el determinismo económico, recortando clases sociales,
sobrevalorando ideologías con pretensiones cientificistas; y
se aportan nuevos paradigmas, como el planteado por Ulrich Beck, de
la "sociedad del riesgo", cuyas categorías fundamentales
son la contingencia, la ambigüedad y los efectos colaterales de
cara a una realidad social dinámica, gobernada por la indeterminación
y abierta a una dialéctica triangular de generación-degeneración-regeneración.
Aquí el epistemólogo argentino Funtowicz, arrima sus consideraciones,
partiendo de lo que ha llamado "una epistemología política
posnormal", que cuestiona la consigna hegeliana de que "todo
lo real es racional y todo lo racional es real".
El campo de lo posible deja de ser lineal. La línea recta se
curva, la historia lejos de responder a leyes preestablecidas (Marx)
se va auto construyendo en una dinámica interactiva que se va
actualizando resultados imprevisibles como suma de decisiones de los
diferentes actores, circunstancias y accidentes. La actividad imaginario
creativa de la sociedad toda va desconstruyendo y construyendo realidades.
"Solo del caos reinante en el momento destructivo puede surgir
el orden pretendido por la colectividad, solo desde el de-orden se dibujan
los perfiles de un nuevo orden"
Al decir de Freud es en medio de la muerte que canta la vida, sólo
sobre los desechos de una sociedad que se agota maduran los frutos de
una nueva forma de vida. Y allí la acción de los seres
concretos, desde la positividad de su capacidad creativa e instituyente,
puede ser definitoria. Más aún si se la encara de manera
coordinada e implantada en organizaciones locales, atentas a lo regional
y planetario.