40 AÑOS DESPUÉS, LA ALEGRÍA DE VIVIR Y EL CARIÑO POR LOS QUE NO ESTÁN CONTINUAN SIENDO UN BUEN MOTIVO PARA VERNOS...

 
 
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Van apareciendo registros de la Fiesta de Ex-alumnos Reciclados del 18 de junio del 90. Tenemos el texto que Esperanza no se animó a leer esa noche, un volante anónimo que apareció sin que el autor pudiera hacerse presente, una declaración y la invitación al encuentro. Hubo notas de prensa, pero habría que buscarlas o pedírselas a sus autores. Quien tenga algo más, podría enviarlo.
Volante anónimo 
Lo que Esperanza no se animó a leer 
El FER68 ha muerto, ¡Viva el FER 68! 
Declaración con la cual un pequeñísimo grupo pretendió volcar en la Fiesta del 
FER algunos dilemas que quizás, 20 años después, ya hayan superado.   
Invitación  (1990)  
 
 
 
 
Lo que Esperanza no se animó a leer:
 
¿Cómo expresar lo inexpresable?
Esto que siento cuando me invitan a un reencuentro del FER.
Integré sucesivas siglas pero con ninguna sentí tanta pertenencia como cuando dije: soy del FER.
Tengo miedo de entrar a esta fiesta. Con quién me encontraré? Cómo me verán? Podré soportarlo así, todo de una vez?
Son los gestos, las miradas, las caras del pasado: olvidados, idealizados, prohibidos, temidos, amados... tantas veces necesitados, reconstruidos por la memoria, invocados, buscados en las nuevas personas que fui conociendo.
Fue algo grande estar en el FER. Había emoción, había pasión, había fuego.
Yo estuve en la generación de la minifalda, de los Beatles y los Rolling Stones. Viví la época de la revolución sexual, fumé en la calle provocativamente y el mayo francés me cautivó. Canté Muchacha Ojos de Papel y quise con los versos de Neruda. Creí que se podía cambiar todo y que solo había que proponérselo. Abjuré de la forma privilegiando el contenido. Tuve todo muy pero muy claro.
Y disfruté, disfruté mucho, disfruté.
Yo era una de esos adolescentes esquemáticos, irreverentes, autoritarios, omnipotentes, agudos, generosos, místicos, desprejuiciados, moralistas, valientes, elitistas, inmaduros, agresivos, tiernos, temerarios, puros del FER. Yo era absolutamente del FER.
¿Cómo hubiera sido una adolescencia "normal"? No lo se ni puedo imaginármelo.
Luego vino un viento fuerte y todavía no se cómo algunos ya no están, otros fueron largamente encerrados y a muchos "otras tierras del mundo reclamaron sus modestos esfuerzos" El sueño terminó diría John Lennon.
Cada uno hizo su vida, cuando pudo, como pudo, donde pudo. Sobreviviendo, muchas veces en soledad y en silencio. Rememorando y olvidando a la vez, tratando de vivir. Tratando de mantenerse dignos, tratando de no morir con los que morían, intentando mantenerse abiertos a lo por venir, a lo nuevo por vivir. Siendo fiel calladamente. No hay de qué vanagloriarse.
Han pasado 22 años y mi vida ha cambiado. Hace 17 años que vivo fuera del país. No me animo a muchas cosas, tengo miedos, tengo verguenza, tengo dudas. Estoy bien. Soy feliz.
Pero ya no digo todo lo que pienso ni hago todo lo que creo. No discuto hasta el amanecer y me tiembla la voz si hablo en público. Nunca más voy a estar absolutamente segura de nada. No hay modelos. No hay verdades eternas.
Sin embargo, en un rincón de mí, en un rincón inexpugnable, hay una fuerza intacta, una alegría altiva y luminosa. Porque en el fondo o tal vez en el centro - se los digo a ustedes que fueron mis compañeros en la vida - yo sigo siendo del 68; yo sigo siendo del FER

Esperanza / 18.06.1990